Esta es una especia poco vista, pero muy apreciada en Japón, muy llamativa por sus hojas que se tornan en color rojo en otoño, y su fructificación en forma de racimo. La floración comienza en verano, y pueden ser flores femeninas o masculinas, pero nunca ambas en un mismo ejemplar. Por lo tanto, para que fertilice tienen que estar en contacto ambos sexos.
Aunque crecen bien en suelos neutros, prefieren un poco de acidez en el sustrato.
Aunque sus hojas son de un tamaño grande, la espectacularidad de sus frutos, hacen de esta especie una de las preferidas en Japón para hacer árboles tamaño shohin.
La planta que estás comprando es la de las imágenes. Trasplantada a una maceta tokoname, en akadama y kiryuzuna.
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